Las obras anti-maniqueas de San Agustín


Las otras obras controvertidas se dirigen contra las herejías particulares del maniqueísmo, el donaísmo, el arrianismo, el pelagianismo y el semipelagianismo. Agustín, con toda la firmeza de sus convicciones, se libró de la antipatía personal, y usó la pluma de la controversia en el genuino espíritu cristiano, fortiter in re, suaviter in modo. Entendió el ἀληϑεύειν ἐν ὰγάπῃ de Pablo, y forma en este sentido un agradable contraste con Jerónimo, que por naturaleza no tenía un temperamento más ardiente que el suyo, pero era menos capaz de controlarlo. "Que ardan en odio contra vosotros, que no sabéis cuánto cuesta encontrar la verdad, cuán difícil es protegerse del error; pero yo, que después de tan grande y larga vacilación llegué a conocer la verdad, debo soportarme ante vosotros con la misma paciencia que mis compañeros creyentes me mostraron cuando vagaba en una ciega locura de opiniones".